sábado, 16 de enero de 2016

After dark - Haruki Murakami opinion.


A lo largo de mi vida he leído una centena de libros, he escrito una gran variedad de cuentos y por lo pronto solo una  novela.  Aprovecho este momento para comenzar otra faceta en mi andar por los caminos de las letras, y es dar mi recomendación sobre  algunos de los manuscritos que han llegado a mis manos. 

After Dark – Haruki Murakami.

 Cuando me recomendaron a Haruki Murakami no sabía por dónde empezar. Pude investigar un poco antes,  debí investigar antes mejor dicho, pero al final decidí ir a la librería, tomar el libro más barato y experimentar la sensación de conocer al ganador del premio Franz Kafka, entre muchos otros.
Bueno, para no alargar más la historia comienzo de esta manera ¿Qué puedo decir del libro? Antes de empezar he de decir que toda mi recomendación será breve y directo al grano, no analizaré detalles a fondo porque simplemente es hablar mucho.

La historia de After Dark es una narración al más puro estilo japonés: Lugares típicos, personalidades genéricas, situaciones que parecen salidas de los animes, la protagonista con falta de autoestima, el tipo que quiere con la hermana pero lo dejan en la friendzone y el villano serio que se ajusta los lentes cada vez que hace algo interesante.

Toda la historia sucede alrededor de una joven llamada Mari, ella tiene un pasatiempo que es el de tomar café siempre a media noche en el mismo restaurant, una noche llega un hombre peculiar, un poco excéntrico y alebrestado. Este sujeto entabla conversación con Mari y se dan cuenta que ya se conocen desde hace tiempo. A partir de ese momento se desencadena una serie de situaciones en la que se relacionan la prostitución, la mafia, los hombres locos y la rareza de los personajes.
Si diera una calificación de 1 sobre 10 o 1 de 5 estrellas mi decisión sería.

3.5 estrellas.

No es un mal libro, pero tampoco es de los mejores que podrás encontrar, es tan semejante al caso de Carrie de Sthepen King o por lo menos lo asemejo mucho, ya que muestra el estilo del escritor que para muchos es magnífico pero para otros como yo es simplemente un estilo más (sé que las novelas traducidas muchas veces es más difícil agarrarles el gusto si no están en idioma original pero por favor, el tipo es japonés).

Debo dar crédito a la fluidez de la historia, y al “carisma de los personajes”, fuera de eso, no tiene algo de valor agregado ni detrás de una historia casual y poco interesante.

Señor Murakami espero poder asombrarme con alguna otra historia suya, pero hasta entonces,  After Dark queda como un libro más en mi estantería de libros que no volvería a leer. 



sábado, 3 de octubre de 2015

Jeff the killer














"Muchos son los que han visto esta imagen, sobre todo porque la uso en mis videos, sin embargo, nadie conoce la verdadera historia detrás de ella.


En YouTube encontrarán muchos videos que cuentan su supuesta historia, videos en los que se limitan a decir que el sujeto de la imagen se llamaba Jeff, un chico que sufría de bullying en la escuela y que por eso se dedicaba a matar a los que se burlaban de él, y que un día mientras transportaba un contenedor de ácido se tropezó y éste le cayó encima, deformando su rostro hasta dejarlo como el horrible ser que ahora están mirando en su pantalla.


Eso es mentira.


Ahora les contaré la verdadera historia, que hasta ahora nadie se había tomado la molestia de traducir al español de una forma decente."


Extraído de un diario local:



Siniestro asesino aún se encuentra prófugo.


Después de semanas de asesinatos inexplicables, el desconocido asesino todavía ronda por éste lugar. Después de las pocas pruebas que se han encontrado, una joven afirma que sobrevivió a uno de los ataques del asesino y con valentía cuenta su historia.


"Tuve un mal sueño y me desperté en medio de la noche", dice la joven: "Vi que por alguna razón la ventana estaba abierta, aunque recuerdo que la cerré antes de irme a la cama.


Me levanté y la cerré una vez más. Después, simplemente me metí debajo de las sábanas, y traté de volver a dormir. Fue entonces cuando tuve una sensación extraña, como si alguien me estuviera observando. Miré hacia arriba, y casi salto de la cama. Ahí, en el pequeño rayo de luz que iluminaba de entre las cortinas, había un par de ojos.






No eran unos ojos normales; eran unos ojos oscuros y siniestros, estaban bordeados de negro y, simplemente me aterrorizó. En ese momento vi su boca. Una sonrisa larga, tan horrenda que hizo que todos los pelos del cuerpo se me erizaran.


La figura se quedó allí, mirándome. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, lo dijo. Una simple frase, pero dicho de una manera que sólo un loco podía hacerlo, me dijo:


Ve a dormir.





Se me escapó un grito, eso hizo que sacará un cuchillo. Su objetivo era mi corazón, saltó encima de mi cama pero yo me defendí. Le di una patada, el me golpeó, me sujetó y trató de tocarme. Fue entonces cuando mi padre entró, El hombre le encajó el cuchillo, que entró en el hombro de mi padre. El hombre probablemente habría acabado con él, si uno de los vecinos no hubiera alertado a la policía.






"La policía se dirigió hacia el estacionamiento y corrió hacia la puerta. El hombre se volteó y corrió por el pasillo. Escuché un ruido, como si se hubiera roto un cristal. Cuando salí de mi cuarto, vi que la ventana que estaba apuntando hacia la parte posterior de mi casa se había roto. Miré únicamente para verlo desaparecer en la distancia. Te puedo asegurar una cosa, nunca olvidaré esa cara, aquellos ojos fríos y esa sonrisa psicótica, nunca saldrán de mi cabeza. "


La policía todavía está en la búsqueda de este hombre. Si ve a alguien que encaja en la descripción de esta historia, por favor póngase en contacto con su departamento de policía local.


"Bueno, ya sabes que es lo que hace Jeff, pero… ¿por qué lo hace? para saberlo, tendremos que retroceder un poco más en el pasado."


Jeff "El Origen":



Jeff y su familia acababan de mudarse a un nuevo vecindario. Su padre había conseguido un ascenso en el trabajo, y pensaron que sería mejor vivir en una de esas casas de "fantasía".


Sin embargo, Jeff y su hermano Liu no podían quejarse. Mientras desempacaban uno de sus vecinos, pasó por allí.


"Hola", ella dijo: "Soy Bárbara, vivo al otro lado de la calle, sólo quería presentarme a mí y a mi hijo", se da la vuelta y llama a su hijo.
"Billy, estos son nuestros nuevos vecinos"
Billy dijo hola y corrió de nuevo a jugar en su patio.


“Bueno”, dijo la madre de Jeff, "Yo soy Margaret, este es mi marido Peter, y mis dos hijos, Jeff y Liu." Cada uno de ellos se presentó, y luego bárbara los invitó al cumpleaños de su hijo. Jeff y su hermano intentaron protestar, pero su madre le dijo a Bárbara que les encantaría. Cuando Bárbara por fin se fue Jeff le preguntó a su madre.


“Mamá, ¿por qué nos invitan a una fiesta infantil? Por si no lo ha notado, ya no soy más un niño.”



"Jeff", dice su madre: "Nos acabamos de mudar aquí, debemos demostrar que queremos pasar tiempo con nuestros vecinos, ahora vamos a esa fiesta y eso es definitivo". Jeff intenta protestar, pero se detiene, sabiendo que él no puede hacer nada. Siempre que su mamá dice algo, es definitivo. Jeff va a su cuarto y se deja caer sobre su cama. Él se acuesta allí mirando a su techo cuando de pronto, tiene una extraña sensación. No es tanto un dolor pero… es una sensación extraña. Él lo ignora y lo confunde con sólo un sentimiento al azar.


Al día siguiente, Jeff camina por las escaleras para desayunar y se prepara para la escuela. Mientras estaba sentado allí, comiendo su desayuno, una vez más tiene esa sensación. Esta vez fue más fuerte, le dio un dolor, como un leve tirón, pero una vez más, lo ignoró. Él y Liu terminaron su desayuno, se dirigieron hasta la parada de autobús. Se quedaron esperando el autobús y luego, de repente, un chico en una patineta salta sobre ellos, a sólo unos centímetros por encima de sus rodillas. Ambos saltan por la sorpresa. "¡Hey! ¿Qué diablos?"






El chico se cayó y se volteó hacia ellos. Pateó la patineta y la cogió con sus manos. El chico parece estar cerca de doce, un año menor que Jeff. Lleva una camisa de Aeropostal y pantalones vaqueros azules algo rasgados.


"Bien, bien, bien. Parece que tenemos un poco de carne nueva." De repente, aparecen otros dos chicos. Uno de ellos es súper delgado y el otro es enorme. "Bueno, ya que son nuevos aquí, me gustaría presentarnos, el de ahí es Keith y él es Troy.


"Y yo" dice el chico, soy Randy. Ahora, para todos los niños en este barrio hay un pequeño precio para el pasaje, si es que me entienden. Liu se pone de pie, listo para golpear al chico, cuando sus dos amigos tiran un cuchillo hacia él. "Yo esperaba que fueran más cooperativos, pero parece que tenemos que hacerlo de la manera difícil." El chico se acerca a Liu, y toma la billetera de su bolsillo, Jeff tiene esa sensación de nuevo, ahora, es verdaderamente fuerte, una sensación de ardor, se pone de pie pero Liu le hace gestos para que vuelva a sentarse, Jeff lo ignora y se acerca a los chicos.


"Escúchame bien pequeño punk, devuélvele la billetera a mi hermano o de otra forma…"


Randy pone la billetera en su bolsillo y saca el cuchillo.






"¿Ah sí? ¿Y qué vas a hacer?" dice Randy con una voz burlesca, mientras pasa el cuchillo frente la cara de Jeff, Jeff en un movimiento rápido toma la muñeca de Randy y se la rompe, Randy soltó un terrible grito y Jeff tomó el cuchillo de su mano. Troy y Keith se asustaron y trataron de huir, pero Jeff es demasiado rápido. Lanza a Randy al suelo y arremete contra Keith, lo apuñala en el brazo. Keith se quita el cuchillo y lo deja caer al piso, Keith cae al suelo gritando. Troy corre, pero Jeff logra alcanzarlo, no necesita ni siquiera el cuchillo. Él sólo le dio de golpes a Troy directamente en el estómago con toda su fuerza. A medida que cae, troy vomita todo. Liu no puede hacer nada sino mirar con asombro a Jeff.


"Jeff, ¿cómo?", eso es todo lo que Liu dice. Ellos ven el autobús que viene y saben que serán culpados por todo el asunto. Así que empiezan a correr tan rápido como les es posible. Mientras corren, miran hacia atrás y logran ver al conductor del autobús corriendo hacia Randy y los otros. Cuando Jeff y Liu llegaron a la escuela, no se atrevieron a contar lo que pasó. Todo lo que hacen es sentarse y escuchar. Liu pensó que su hermano sólo había golpeado a unos cuantos chicos, pero Jeff sabía que era algo más. Era algo aterrador, la sensación de ser poderoso, la necesidad de, lastimar a alguien.






No le gustaba cómo sonaba, pero no pudo evitar sentirse feliz. Sentía que esa extraña sensación desaparecía, y se mantuvo alejada durante todo el día.
Cuando llegó a casa sus padres le preguntaron cómo fue su día, a lo que Jeff respondió con una voz un tanto desanimada: "Fue un día maravilloso."


A la mañana siguiente, oyó que llamaban a su puerta. Caminó hacia abajo para encontrar a dos policías en la puerta y a su madre mirándolo con una mirada de enojo.
"Jeff, estos oficiales me dicen que atacaste a tres niños, que no fue una pelea normal, y que fueron apuñalados."
La mirada de Jeff cayó al suelo, mostrando a su madre que era cierto.


Jeff le contestó rápidamente a su madre:
"Mamá, fueron ellos los que nos atacaron a mí, y a Liu".














"Hijo" dijo uno de los policías, "encontramos a tres chicos, dos apuñalados y uno tiene un moretón en el estómago, tenemos varios testigos que los vieron huyendo de la escena. Ahora, ¿qué nos dice eso?". Jeff sabía que era inútil. Él podía decir que él y Liu habían sido atacados por ellos, pero no había pruebas de que no fueron ellos quienes atacaron primero. No podría decir que no estaban huyendo, porque a decir verdad si lo hacían. Así que Jeff no podía defenderse a sí mismo o Liu.


"Hijo, llama a tu hermano." Jeff no podía hacerlo, ya que fue él quien golpeó a todos los niños.


"Señor... fui yo." Dijo Jeff, "yo fui quien atacó a los niños, Liu trató de detenerme, pero no pudo." El policía miró a su compañero y ambos se sorprendieron.


"Bueno, chico, parece que te espera un año en prisión...”


"¡Esperen!" gritó Liu. Todos se sorprendieron al verlo con un cuchillo. Los oficiales sacaron sus armas y apuntaron a Liu.


"Esperen por favor, no disparen, Jeff es inocente yo hice todo, perdí el control, me golpearon un poco esos punks y me enojé. Tengo las marcas para probarlo." Él levantó su camisa para revelar heridas y moretones, como si hubiera estado en una lucha.


"Hijo, sólo tienes que dejar el cuchillo", dijo el oficial. Liu levantó el cuchillo y lo dejó caer al suelo. Él levantó las manos y se acercó a los oficiales.


"No, Liu fui yo, ¡Yo Lo hice!" decía Jeff con lágrimas corriendo por su rostro.


"¿Eh?, pobre hermano, tratando de tomar la culpa de lo que hice" dijo Liu.


La policía llevó a Liu a la patrulla.


"¡Liu, diles que fui yo, diles, yo fui quien golpeó a los niños!" La madre de Jeff puso las manos sobre sus hombros.



"Jeff, por favor, no tienes que mentir, sabemos que fue Liu, puedes detenerte." Jeff observa con impotencia cómo la patrulla se lleva a Liu en su interior. Unos minutos más tarde, el padre de Jeff se detiene en el camino de entrada, ve la cara de Jeff y sabe que algo anda mal.


"Hijo, hijo, ¿qué sucede?" Jeff no puede responder. Sus cuerdas vocales están tensas por el llanto. En cambio, la madre de Jeff lleva a su padre en el interior, para romper el hielo con la mala noticia, Jeff se queda afuera y llora en el camino de entrada. Después de una hora Jeff vuelve a entrar a la casa, sólo para ver que sus padres están tristes y decepcionados.


Él no puede mirarlos. Él sólo va a dormir, tratando de que todo el asunto desaparezca de su mente. Pasaron varios días, sin noticias sobre Liu. No hay amigos para pasar el rato. Nada más que tristeza y culpabilidad.


Por lo menos hasta el sábado, cuando Jeff se despertó y vio a su madre con una cara feliz.


"Jeff, hoy es el día" dice mientras abre las cortinas y la luz alumbra el cuarto de Jeff.


"¿Qué, qué día es hoy?" pregunta Jeff semidormido.


"Hoy es el cumpleaños de Billy" le responde su madre, Jeff se despierta rápidamente y le contesta:


"Mamá, debes estar bromeando, ¿verdad?


“Cómo puedes esperar que valla a una fiesta después de...”
Hay una larga pausa.


"Jeff, ambos sabemos lo que pasó. Creo que esta fiesta podría ser lo que ilumine los últimos días. Ahora, vístete." La madre de Jeff sale de la habitación y baja para prepararse.


Jeff lucha por levantarse, realmente no tiene ánimos de hacerlo. Elige al azar una camisa y un par de pantalones vaqueros y baja por las escaleras.


Él ve a su madre y padre vestidos muy formalmente, su madre con un vestido y su padre en un traje. Piensa, ¿por qué usan ropa elegante para la fiesta de un niño?


"¿Hijo, es eso lo que vas a usar?"


"Mejor ve y busca otra cosa" dice la madre de Jeff, evitando esa sensación de gritarle y lo oculta con una sonrisa.


"Jeff, a esta fiesta tienes que ir bien vestido, si quieres causar una buena impresión." dice su padre. Jeff empieza a gruñir y vuelve a subir a su habitación.


"¡No tengo nada de ropa elegante!" grita por las escaleras.


"Sólo tienes que elegir algo." dice su madre.






Mira a su alrededor pero no encuentra nada "elegante". En su armario encuentra un par de pantalones de vestir negros que tenía para las ocasiones especiales. Jeff no puede encontrar una camisa que convine. Mira a su alrededor, y sólo encuentra camisas a rayas y estampados. Ninguno de ellos va con pantalones de vestir. Finalmente se encuentra con una sudadera con capucha blanca, tendida en una silla y se la pone. Él baja por las escaleras para decirles a sus padres que está listo.


"¿Eso es lo que llevarás ?" le preguntan sus padres. Su madre mira su reloj. "Oooh, no hay tiempo para cambiarse, vámonos de una vez" y cruzan la calle hacia la casa de Billy y Bárbara.
Tocan a la puerta y sale Bárbara junto a sus padres, quienes los invitan pasar, mientras caminan dentro de la casa pueden apreciar que sólo hay adultos, ningún niño.


"Los chicos están en el patio, Jeff… ¿qué te parece si vas a conocer a algunos de los niños?" dice Bárbara.



Jeff camina fuera de un patio lleno de niños. Están corriendo en trajes de vaqueros y se disparan los unos a los otros con pistolas de plástico. Jeff únicamente se queda de pie mirándolos jugar, De repente un chico se le acerca y le entrega una pistola de juguete y un sombrero.


"Hey, ¿no quieres jugar?" , dice.


"Ah, no creo, eso es para niños, estoy demasiado viejo para estas cosas." El chico lo mira con una cara de cachorrito raro.


"Porfa" dice el niño. "Está bien", dice Jeff.





Se pone el sombrero y empieza a fingir disparar a los niños. Al principio piensa que es totalmente ridículo, pero luego comienza a sentir que es realmente divertido. Puede que no sea algo súper genial, pero es la primera vez que él ha hecho algo que tiene fuera de su mente a Liu.


Así que juega con los niños por un rato, hasta que escucha un ruido. Es un extraño ruido como de ruedas. Luego, algo lo golpea. Cuando reacciona, ve a Randy, Troy, y Keith, todos saltan la valla en sus patinetas. Jeff deja caer el arma de juguete y se quita el sombrero. Randy mira a Jeff con un ardiente odio.










"Hola Jeff, tenemos algunos asuntos pendientes." dice Randy.
Jeff ve su nariz magullada por culpa del golpe del objeto que le lanzaron.


"Creo que estamos a mano, después de todo los vencí a todos ustedes… ¡son una mierda!" le respondió Jeff.
Randy tiene una mirada de enojo en su rostro.




"Oh, no, no hay manera de que me ganaras, de todas formas te pateare el culo ahora.


Randy se lanza sobre Jeff.


Los dos caen al suelo. Randy golpea a Jeff en la nariz, y Jeff lo agarra por las orejas y le da de cabezazos. Jeff empuja a Randy lejos de él y ambos se ponen de pie.
Los niños gritaban y corrían hacia sus padres quienes aún estaban dentro de la casa.


Troy y Keith sacan pistolas de sus bolsillos y gritan: Será mejor que nadie nos interrumpa.


Randy saca un cuchillo y apuñala a Jeff en su hombro.
Jeff grita y cae de rodillas. Randy empieza a darle patadas en la cara.


Después de tres patadas Jeff le agarra el pie y lo tuerce, Randy cae al suelo.


Jeff se levanta y camina hacia la puerta de atrás, sin embargo Troy lo agarra.



"¿Necesitas ayuda?" Troy le dice a Randy. Toma a Jeff por el cuello y lo lanza hacia el patio, cuando Jeff trata de ponerse de pie, recibe una patada por parte de Randy, el repite esto en varias ocasiones hasta que Jeff empieza a toser sangre.


"Vamos Jeff, pelea conmigo!" toma a Jeff y lo lanza a la cocina. Randy ve una botella de vodka en la mesa y rompe el cristal sobre la cabeza de Jeff.


"¡Pelea!" grita Randy, mientras lanza de nuevo a Jeff en la sala de estar.


"Vamos Jeff, ¡mírame!" Jeff levanta la vista, con el rostro lleno de sangre. "¡Yo fui el que consiguió que tu hermano fuera a prisión, y ahora sólo vas a sentarte aquí y dejar que se pudra allí durante un año entero!


¡Deberías avergonzarte!!


Jeff empieza a levantarse.


"Oh, ¡por fin! Parece que ya quieres pelear! Jeff está a sus pies, con la sangre y el vodka en su rostro.
Una vez más tiene esa extraña sensación, la que no había sentido durante un tiempo.


"Por fin, ¡vamos arriba!" Randy dice mientras corre hacia Jeff.


En ese momento algo sucede dentro de Jeff.



Su mente se destruye, todo pensamiento racional se ha ido, todo lo que puede hacer es matar. Él agarra a Randy y lo tira hacia el suelo, se pone encima de él y lo golpea directamente en el corazón. El golpe hace que el corazón de Randy se pare. Randy empieza a jadear mientras intenta tomar aire. Jeff toma un martillo que se encontraba cerca, y golpe tras golpe, acaba con Randy, la sangre brota de su cuerpo, hasta que toma un último aliento, y muere.


Todo el mundo está mirando a Jeff ahora. Los padres, los niños llorando, incluso Troy y Keith. A pesar de que se rompen fácilmente con su mirada, ellos deciden apuntar sus armas hacia Jeff.



Jeff al ver los cañones apuntando en él, corre hacia las escaleras. Mientras corre, Troy y Keith abren fuego… cada disparo perdido. Jeff sube corriendo las escaleras.
Oye a Troy y a Keith mientras lo persiguen. Al parecer ya dejaron escapar sus últimas rondas de balas. Jeff se mete en el baño. Toma el estante de la toalla y lo arranca de la pared.


Troy y Keith entran al baño armados con cuchillos.


Troy intenta apuñalar a Jeff, éste lo esquiva y lo golpea fuertemente en cara con el estante. Troy se queda todo tieso y ahora el único que queda es Keith.


Él es más ágil que Troy, sin embargo mientras esquivaba los golpes de Jeff, Keith dejó caer el cuchillo, agarró por el cuello a Jeff y lo empujó contra la pared.


Lo cual hizo que, un recipiente con lejía que estaba en el estante superior, callera sobre ellos. Se quemaron los dos y ambos comenzaron a gritar. Jeff se secó los ojos lo mejor que pudo. Tomó nuevamente el estante de la toalla, y con él golpeó a Keith en la cabeza. Mientras yacía allí, desangrándose, se le escapó una sonrisa siniestra.


¿Qué es tan gracioso?" preguntó Jeff.


Keith sacó un encendedor y lo encendió. "Lo que es gracioso", dijo "¿Es que tú estás cubierto con la lejía y alcohol."



Keith tiró el encendedor sobre Jeff. Tan pronto como la llama entró en contacto con él, las llamas encendieron el alcohol en el vodka. Mientras que el alcohol le quemaba, la lejía le blanqueó la piel.


Jeff dejó escapar un grito terrible. Trató de extender el fuego, pero no sirvió de nada, el alcohol había hecho un infierno en él. Corrió por el pasillo, y cayó por las escaleras. Todo el mundo empezó a gritar al ver a Jeff, ahora un hombre en llamas, tirado en el suelo, casi muerto.


Lo último que vio Jeff era a su madre y a los otros padres de familia tratando de apagar las llamas. Fue entonces cuando perdió el conocimiento.


Cuando Jeff se despertó tenía un yeso envuelto alrededor de su rostro. No podía ver nada, pero sintió otro yeso en su hombro, y puntos en todo el cuerpo. Trató de levantarse, pero se dio cuenta de que había un tubo en su brazo, y cuando intentó levantarse se cayó, una enfermera se apresuró a ayudarlo.



"No creo que pueda salir de la cama todavía." dijo al ponerlo de nuevo en su cama y volver a insertar el tubo. Jeff se sentó allí, sin visión ni idea de lo que su entorno era. Finalmente, después de unas horas, escuchó a su madre.


"Cariño, ¿estás bien?" le preguntó. Jeff no podía responder, su rostro estaba cubierto, y él era incapaz de hablar.


"Cariño, tengo una gran noticia. Después de que todos los testigos le dijeron a la policía lo que pasó en la fiesta, ellos decidieron dejar ir a Liu."


Esto hizo que Jeff casi saltará de la cama, deteniéndose a mitad de camino, recordando el tubo que sale de su brazo. "Él va a estar aquí para mañana y luego los dos serán capaces de estar juntos de nuevo."


Su madre lo abrazó y le dijo adiós.


El siguiente par de semanas fueron aquellos en los que Jeff fue visitado por su familia.


Entonces llegó el día en que sus vendas iban a ser removidas.


Su familia estaba allí para verlo, esperaron hasta que fuera removido el último vendaje de la cubierta en su cara.


"Vamos a esperar lo mejor", dijo el médico. Rápidamente tiró de la última venda, dejando expuesto el rostro de Jeff.
La madre de Jeff dio gritos al ver su rostro. Jeff notó los rostros atemorizados de Liu y su padre


"¿Qué? ¿Qué pasó con mi cara?" dijo Jeff. Salió corriendo de la cama y corrió hacia el baño. Se miró en el espejo y vio la causa de la angustia. Su rostro. Es... es horrible.



Sus labios se quemaron, ahora parecen una sombra profunda de color rojo. La piel en su rostro se convirtió en un color blanco puro, y su pelo chamuscado cambió de marrón a negro. Poco a poco, puso su mano sobre su rostro. Se sentía como una especie de cuero.


Volvió a mirar a su familia y luego de nuevo se miró en el espejo.


"Jeff" dijo Liu, "No está tan mal ...."


"¿No es tan malo?" dijo Jeff, "¡Es perfecto!" Su familia quedó completamente sorprendida.


Jeff comenzó a reír incontrolablemente, sus padres notaron que sus manos temblaban.


"Uh... Jeff, ¿estás bien?"


"¿Estar bien? ¡Nunca me he sentido más feliz! Ja, Ja, Ja, Ja, Jaaaaaa, mírenme, este rostro combina a la perfección conmigo!"


No podía parar de reír. Él se acarició el rostro, mientras se miraba en el espejo.


¿Por qué se comportaba así? Bueno, ustedes recordarán que cuando Jeff peleó con Randy algo en su mente, su cordura, se rompió. Ahora se quedó como una máquina de matar demente, sin embargo, sus padres no lo sabían.


"Doctor" dijo la madre de Jeff, "¿Está bien mi hijo... bueno, ya sabe, en la cabeza?"


"Oh sí, este comportamiento es típico de los pacientes que han tenido grandes cantidades de calmantes para el dolor. Si su comportamiento no cambia en unas pocas semanas, tráiganlo de vuelta aquí, y vamos a hacerle un examen psicológico."


"Oh, gracias doctor." La madre de Jeff se acercó a él y le dijo:


"Jeff, cariño, es hora de irse."



Jeff mira hacia otro lado del espejo, su cara todavía forma una sonrisa loca. "Ay mamá, ja, ja, jaaaaaaaaaaaa!" su madre lo llevó por el hombro y lo llevó a tomar su ropa.


"Esto es lo que traía", dijo la señora de la recepción. La madre de Jeff miró hacia abajo sólo para ver los pantalones de vestir negro y la sudadera blanca que llevaba a su hijo. Ahora estaban limpias de sangre. La madre de Jeff lo llevó a su habitación y le hizo poner su ropa. Luego se fueron, sin saber que ese sería su último día de vida.


Más tarde esa noche, la madre de Jeff se despertó con un sonido que provino del cuarto de baño. Sonaba como si alguien estuviera llorando. Poco a poco se acercó a ver lo que era.


Cuando ésta se asomó en el baño vio un espectáculo horrendo. Jeff había tomado un cuchillo y se había tallado una sonrisa en las mejillas.


"Jeff, ¿qué estás haciendo?" preguntó a su madre.
Jeff miró a su madre. “No podía seguir sonriendo mamá. Me dolió después de un tiempo, ahora, puedo sonreír para siempre”. La madre de Jeff notó sus ojos, rodeados de negro.


"¡Jeff tus ojos!" Sus ojos estaban aparentemente sin parpados, no se cerraban.


"No podía ver mi rostro, me cansé y mis ojos comenzaron a cerrarse, me quemé los párpados, ahora siempre podré ver... mi nuevo rostro"


La madre de Jeff comenzó lentamente a retroceder, al ver que su hijo se estaba volviendo loco.


“¿Qué pasa mamá? ¿Acaso no soy hermoso?”


"Sí, hijo" su madre dijo "Sí lo eres, déjame ir a buscar a papá, para que pueda ver tu bello rostro." Ella corrió a la habitación y sacudió al padre de Jeff.


"Mi amor, saca el arma que....." Se detuvo cuando vio a Jeff en la puerta, con un cuchillo.



"Mami, me mintió." Eso es lo último que dijo Jeff, antes de correr hacia ellos sólo para eviscerarlos.


Su hermano Liu se despertó sobresaltado por un ruido. No oyó nada más, por lo que sólo cerró los ojos y trató de volver a dormir. Cuando estaba en la frontera del sueño, tuvo la extraña sensación de que alguien lo estaba observando.
Miró hacia arriba, antes de poder decir algo, la mano de Jeff cubrió su boca. Poco a poco levantó el cuchillo listo para acabar con Liu.


Liu lucho constantemente para no ser presa de Jeff, pero fue en vano.


"Shhhhhhh", dijo Jeff: "Sólo tienes que ir a dormir."

martes, 22 de septiembre de 2015

Espejos

Espejos es la 3ra. parte de una serie de historias que se relatarán poco a poco, aquí está la primera parte: Atormentado espero y lo disfruten leyéndolo tanto como yo escribiéndolo.


El reflejo de uno mismo llega a mostrar más de la naturaleza humana que cualquier encuentro con algún demonio, espectro o fantasma. Al ver mis ojos en aquel espejo llegó a mí otro recuerdo, uno que guardé celosamente por mucho tiempo...

"Una anciana sentada al borde de una mesa, cabello corto y plateado, con unos lentes gastados y roídos por el tiempo, pero una sonrisa coloquial... ¿por qué sonríe?  ¿Me sonríe a mi? no... si no conmigo, sonreímos al mismo tiempo, que logramos terminar el rompecabezas de un barco en altamar"

El recuerdo termina y me concentro nuevamente en mi yo del otro lado, en aquel... ¿cuál era mi nombre? no puedo recordarlo, que pena, debió ser muy feo para no acordarme de el. De pronto ese ser comienza a reír y levanta su mano señalándome el camino. una luz tintineante aparece al final de un pasillo rodeado de espejos. Me distraigo un poco, al regresar la mirada a mi reflejo descubro que se ha ido, no me queda otro camino más que el señalado. Doy tres pasos y me paro justo al frente de otro objeto cristalino y reflejante. En el se encuentra una versión de mí pero mucho más joven, un niño para ser exacto, se que soy yo, mi mente no está tan dañada como para no reconocer a mi infante:

Está llorando... "¿recuerdas?" Si recuerdo... cuando era niño lloré mucho, esperaba nunca volver a llorar pero estaba equivocado... cuando creí que por fin se acabaron las lágrimas, triste y resignado me dí cuenta que apenas comenzaban. "No olvides porque lloramos" No lo olvidé, nunca. una vez más llegó otro recuerdo

"Una mujer frente a mí, era ella, mi amada, o lo que fue mi amada, estamos discutiendo, ella comienza a llorar, y yo trato de consolarla, le pido disculpas por algo que no hice..." una transición, "Estoy en mi habitación en la oscuridad, mi móvil suena pero no quiero contestar, ella me ha lastimado, y no contestaré hasta que pueda dejar de llorar y pretender que todo está bien, por fin una vez que me armo de valor, escucho como en un siseo me dice está muerto"


No tiene sentido, esos recuerdos son confusos, así no fueron las cosas, abro los ojos y ya no está el niño, si no el mismo reflejo del principio burlándose de mi, su cara a tomado una forma imposible de describir, estirándose en todas direcciones y su boca está llena de dientes puntiagudos y putrefactos, extiende sus manos para tratar de atraparme, pero mi razón puede más que el miedo así que hago reaccionar mis piernas para huir del lugar y tratar de alcanzar aquella luz.


Conforme voy recorriendo el pasillo, por el rabillo del ojo puedo ver mi reflejo como va evolucionando, ya no era el niño, cada espejo que recorría, crecía un poco más, ya no lloraba, ahora reía, a veces era gordo, otras más un delgado,  tenia mucho cabello, en otras  poco, en uno de ellos llevaba unos pantalones vaqueros y una camisa negra... así solía vestirme y en el siguiente un traje negro, sonriendo victorioso y al mismo tiempo de una manera hipócrita... ¿en eso me convertiré? Un peón de la industria, tal vez bancaria, o un adinerado hombre de negocios, ¿a donde se fue el escritor, músico y soñador que un día fui?

En ese momento lo comprendí, esos espejos no eran espejos y no reflejaban lo que era yo, si no lo que ella quería que yo fuera,  todo tenía sentido, aquel recuerdo fue lo opuesto a lo que en realidad pasó, aquellos seres del otro lado fueron las personas que ella quiso que fuera para satisfacer sus necesidades egoístas.

retrocedí un poco para ver a los ojos a mi yo destacado, este solo sonreía y decía en voz baja una y otra vez "dinero, dinero, dinero, dinero"
"¿Eso es lo que quieres? ¿eso es lo que siempre quisiste verdad?" grité al reflejo.
Este cambió su aspecto, ahora parecía preocupado al ver que me di cuenta de su artimaña.
"¡No huiré!  puedo enfrentarme a ti en este momento" levanté el puño y se iluminó, había cargado el poder de mi estrella y destruiría ese espejo de una vez por todas y para siempre. El rostro de aquel ser se deformó una vez más y solté un golpe directo en su rostro. No hubo ningún sonido, ni un solo pedazo roto, no era un espejo, por lo menos no ese, ya que mi puño atravesó el marco, la criatura cayó de espaldas hacia atrás y mientras eso sucedía, la luz al final de pasillo desapareció y todos los espejos estallaron. Volaron cristales por todas partes, me agaché para cubrirme de ellos y no salir lastimado, cerré mis ojos esperando que pasara el estallido y una vez más tuve otra visión.

"¿Recuerdas la increíble historia de la química?, claro que la recuerdo, pero me gusta más las sorprendentes aventuras de Sigmund Freud, o cualquier tema antes de estudiar para tu examen, sonríe, diviértete y cuéntame lo que me tengas que contar"

El sonido había pasado, todo estaba oscuro nuevamente, solo estaba el marco de lo que creí que era un espejo frente a mí. Del otro lado estaba una silla iluminada... esperaba que fuera una puerta, no lo era, solo una silla bajo un resplandor de luz. Conformé fui avanzando una sombra se dibujó alrededor y sobre ella, preparé mi estrella pero la sombra preparó algo que era lo opuesto a esta, una estrella hecha de oscuridad, la sombra cobró forma y cuando estuve en el angulo de alcancé de aquella luz se puso de pie, era yo mismo, no me movía y aquel ser tampoco, di un paso y la sombra dio el mismo, di otro y aquel ser de la misma forma, comencé a avanzar y el lo hacia conmigo, era un espejo, un imitador, estuve frente a frente, sus ojos eran cráteres de color negro, sin vida, sin ningún tipo de reacción aparente, me concentré y le di la forma de daga a mi estrella, entonces lo apuñale... fue un gran error.

lo apuñalé en la pierna pero el hizo lo mismo, retiré el cuchillo y ya saben que hizo el, comencé a gritar de dolor y como si fuera un maldito mimo hizo lo mismo sin producir ningún sonido, por si fuera poco donde me apuñaló no brotaba sangre, la herida fue lisa pero del hueco que tenía en la piel comenzó a salir un tipo de liquido negro y espeso que poco a poco recorría mi pierna dejándola inmóvil, se estaba pudriendo al igual que mi alma, ¿que podía hacer? ¿como mataría a esa
cosa sin matarme a mi mismo? entonces pensé, y una vez más vino a mí otro recuerdo.

"Te vi convertirte en mujer, pasaste de ser una niña a una adulta, incluso maduraste más que yo, tal ves por eso te aburriste de mi, ¿pero a donde se fue aquella pequeña? la linda niña que usaba pantalones vaqueros, tenis de rockstar y blusas de colores oscuros como el negro, el lila y solo a veces el rosa, ella se fue para siempre... en cambió yo siempre he sido el mismo, el iluso, el ingenuo, el torpe... pero al mismo tiempo el soñador, el bueno, el lindo, el que dio todo por amor, esos rasgos vale la pena preservar, ese soy yo y nada me puede cambiar... ni tu ni nadie"

Entonces adiviné el acertijo, no tenía que matar a aquella sombra, si no más bien... aceptarlo.

Antes de que la oscuridad terminara por cubrir mi cuerpo me abalancé a la sombra y la abracé. aquel ser hizo lo mismo y sentí un gran alivio cuando dentro de mí sentía como todos aquellos sentimientos de ira, rabia, y soledad salían a la superficie... al fin lo había entendido, todos tenemos una sombra, esa sombra son nuestros defectos, miedos e inseguridades, pero no sirve de nada tratar de pretender que no existen, eso es negarnos a nosotros mismos, lo que verdaderamente importa es aceptarlos y convivir con ellos.
Una vez que terminé mi reflexión apareció un cofre sobre la silla y una puerta de color blanca detrás de ella.
Me acerqué al cofre y al abrirlo estaba la fotografía de un cachorro, blanco lambiendo una mano que reconocí en un instante, sonreí y dije "que Rico se debe de sentir que un cachorro te lama la mano" la estrella absorbió la fotografía y por fin pude continuar, abrí la puerta para darme cuenta de que por fin logré salir, logré salir del infralar...

"¿Que te hace pensar que ya saliste?" escuché el sonido del viento que llevaba aquel mensaje.

Estaba en medio de una calle, el cielo era gris, no se escuchaba ningún sonido producido por cualquier vehículo, ambos lados de las aceras casas abandonadas, pero allí estaba frente a mí, aquel portón rojo, no como la sangre, pero si como el corazón que dejó de latir dentro de mi.
El portón de mi abuela...


King Feria


lunes, 21 de septiembre de 2015

Verum total... nuevo hilo de 4chan



oou556rx525rsmjm.onion

http://boards.4chan.org/x/thread/16733177/what-is-this


Real o Fake?

una web como A.L.I.C.IA? o un producto más de internet... 

Tantas teorías de conspiración..

Investigar? quiza...

martes, 18 de agosto de 2015

Pensamiento 1 - Recuerda.

Aquel que cree sufrir por alguien demuestra su incapacidad de percibir los verdaderos problemas del mundo. Todo aquel que lloró alguna vez por amor, que sintió como lentamente una parte de él o ella moría por dentro, crea un fantasma, un fantasma que vaga consigo a cada momento, está en cada rincón y le acompaña a todas horas. Sucede de vez en cuando que crees que ha desaparecido, pero los fantasmas no pueden morir, ya lo están, quizá es mejor transformarlo en recuerdo pero eso es imposible, un recuerdo se disfruta y tú no lo puedes disfrutar. Poco a poco te consumirá hasta que llegué aquella persona que sea capaz de exorcizarlo de una vez por todas y mientras llegue solo pensaras en que hubiera pasado... pero déjame decirte algo, el hubiera no existe y el pasado quedó grabado en tu memoria así como el agua de lluvia se queda en los charcos del mes de agosto.

Solo recuerda lo que un día perdiste y aprende a valorar lo que tienes, tú eres testigo de que nada dura para siempre.

king Feria.

jueves, 13 de agosto de 2015

El cuarto oscuro Fragmento.

Todos los días escribo, a veces mucho a veces poco, lo importante es seguir escribiendo. Como lo he mencionado antes: Soy novelista así que constantemente trabajo en mis obras, en estos momentos estoy trabajando en la segunda parte de Doctor Cosmo, por lo que me cuesta mucho escribir otras historias o artículos, sin embargo hay una bastante especial que es parte de la mitología que estoy construyendo, dejaré un fragmento de aquel cuento solo para su deleite, espero y en unos pocos días pueda subir la versión final.

El cuarto oscuro 

No suelo creer mucho en los sueños más allá de que son una representación abstracta de los deseos ocultos que todas las personas tenemos.  A veces sucede que soñamos con la muerte de un ser querido, pero esto no quiere decir que es parte de alguna fantasía, si no meramente la relación que tuviste con aquella persona en algún punto de tu vida y lo relacionaste con tus propios temores.
Sin embargo existen ciertos elementos que hacen del mundo onírico una ventana hacia el futuro u otras dimensiones… no debo mencionar esto abiertamente ya que si alguno de mis colegas de la universidad lo escuchara perdería toda mi credibilidad como doctora, especialista en la demencia humana.  A pesar de mis esfuerzos por intentar encontrar alguna pisca de raciocinio no lo he podido lograr y no quisiera pero estoy completamente segura de que Damián tiene algo que ver.  Ya que desde que aquel niño pisó mi consultorio no he parado de soñar con… eso… aquella figura humanoide.


Todo comenzó hace nueve días exactamente, cuando recibí una llamada del doctor Juan Méndez pidiéndome un favor muy especial. Estaba un poco intrigada porque jamás había sido requerida por mi colega. Me invito a tomar una taza de café en alguna de nuestras horas de descanso, a decir verdad me parecía muy bien, parte por mi curiosidad de lo que tenía que decirme y parte porque siempre se me había hecho un hombre bastante atractivo.  Acepté y unas horas después estábamos sentados frente a la universidad en un pequeño puesto de expresos.  Me encontraba sentada  frente a una mesa bajo una gran sombrilla que cubría los radiantes rayos del sol de verano, mientras que Juan se acercaba con dos tazas de café, una en cada mano. Al ponerla frente a mi tomé el sobre de azúcar y lo vertí, Juan me ofreció el de crema pero lo rechacé, comencé a revolver mi bebida y cuando estuvo lista di un sorbo, el hizo exactamente lo mismo. Le temblaban las manos, parecía nervioso, o mejor dicho ansioso, como si no fuera la primera taza de café del día, tenía unos sacos ojerosos muy marcados a causa de la constante falta de sueño. Estaba tan concentrada apreciando los detalles de su aspecto que ignoré que había estado llamándome desde hace unos segundos.

Fragmento del cuento: El cuarto oscuro.

King Feria.

miércoles, 12 de agosto de 2015

Dr Cosmo

Como muchos saben, soy un escritor apasionado y activo, sin embargo con los tiempos me es dificil definir lo que en realidad me gusta: Novelas, cuentos, relatos, historias, tantas cosas de mi preferencia, sin embargo mi estilo y gusto característico es la novela.

Así que aquí les comparto un fragmento de mi primera novela, espero y sea de su agrado.

Doctor Cosmo

El diario de un asesino

¿Quién eres tú para juzgar los actos que he cometido? Lo que ves cómo una crueldad increíble y maldad absoluta, incluso algo de locura, yo lo veo como progreso, redención, descubrimiento… está bien, quizás tengas razón, probablemente matar a 107 personas pueda ser considerado un  acto de demencia total. Pero créeme cuando te digo esto: era necesario.

Tal vez hayas escuchado de mí persona últimamente, ya que los periódicos no paran de hablar de lo que hice. Muchos afirman que nací sin ningún tipo de conciencia y seguramente tengan razón, o a lo largo de mi camino la perdí. Hoy solo veo oscuridad y donde mis ojos  ven muerte un día vieron vida, pero ¿sabes algo?, me aburrí de  ver vida y solo me interesó la muerte y el dolor. Si te preguntas que me llevó a esto, No te preocupes,  te contaré mi historia.
DR.COSMO.


Capítulo 1
Mi verdadero nombre es Erick Esteban Perkins y mí nacimiento no fue nada especial. Mi madre, en  una acalorada noche de verano, se encontraba recostada en su cama  de hospital, esperando pacientemente la hora, para poder dar a luz a su primogénito. El encargado de la  difícil tarea de traerme a este mundo, fue mi propio padre: un honrado y respetable doctor. Cuando nací, él, muy orgulloso me sujetó entre sus brazos y sonrió al verme.
—Es un niño mi amor, ¡y nació muy sano! — Gritó al escucharme llorar. 
—Dámelo Esteban, quiero verlo. — Mi padre me entregó a los brazos de mi madre. Ella me arrulló, tratando de parar mis lloriqueos, y al recostarme en su regazo, me quedé dormido.
El tiempo pasó rápidamente, y aunque fuera tan solo un bebé, tengo algunos recuerdos de mi etapa en pañales. Éramos una familia feliz, una familia normal, vivíamos en una ciudad pequeña de nombre Destello, el lugar ideal para crecer supongo yo. No había edificios gigantescos, ni tampoco grandes multitudes, solo unas cuantas cosas a destacar, las familias felices eran el resultado perfecto de esta ecuación, es por ello que mucha gente tomaba la decisión de crear allí un hogar, apartado del complejo mundo exterior.
Unos meses después, mi madre se embarazó nuevamente. Recuerdo que constantemente me decía que pronto tendría un hermanito o una  hermanita. Habían construido un cuarto especial para el nuevo miembro de la familia. Tenía detalles en azul y rosa. Compraron una cuna que dejaron en el centro de la habitación adornada con un móvil sobre ella. Este, se encontraba girando en el aire con formas de cubos, aviones y otros juguetes que no puedo recordar.
Las semanas pasaron rápidamente y mis padres estaban cada vez más entusiasmados, pero mi padre pasaba mucho tiempo en el hospital, así que constantemente (sobre todo en los últimos meses) la abuela venía a ayudarle a mi madre con los quehaceres de todos los días. Hacía la comida o la limpieza. Por las noches cuando mi padre volvía, después de terminar su jornada, subían al coche y regresaba a la abuela hasta su casa y a la mañana siguiente volvía a ir por ella muy temprano.
Cuando la fecha tan esperada llegó, creo recordar que era alrededor de las diez de la noche o cercano a esa hora, ya que estaban pasando el noticiero nocturno. Me encontraba sentado en la alfombra de la habitación del televisor y mi abuela me vigilaba (o al menos eso parecía). De pronto y sin previo aviso, mi madre, desde el segundo piso gritó fuertemente. Me asusté, o mejor dicho nos asustamos. Mi abuela saltó casi literalmente del sillón reclinable y subió corriendo las escaleras. Yo gateé hasta ellas, quedándome al borde del primer escalón.
Al pasar unos minutos y mientras mordía uno de mis juguetes, apareció mi abuela. Tomaba a mi madre del brazo y la ayudaba a bajar las escaleras. Cuando llegó a la planta baja mi madre sollozaba y se tocaba el vientre. Yo la miraba desorientado y ella, al darse cuenta de que la veía me dijo, “estoy bien bebé, no te preocupes”.
Mi abuela con gran rapidez y destreza (nada natural para una mujer de su edad y complexión) subió una maleta al auto, después me tomó entre sus brazos, me sentó en el asiento trasero sujetándome en mi silla para bebé. Cerró la puerta y la aseguró, ayudó a subir a mi madre y por último se subió ella, dio un vistazo a la calle y puso el auto en marcha. Sacó su teléfono celular y llamó a mi padre para decirle que algo extraño pasaba. Aún no era el tiempo, el bebé se había adelantado.
Íbamos camino al hospital, mi abuela trataba de calmar a mi madre diciéndole que todo iba a estar bien, pero ella parecía no escuchar sus palabras por el dolor que sentía en ese momento. Yo trataba de verla, no resistí, al final giré mi cabeza en otra dirección. Mi vista se perdió en el camino y miraba como las luces de los faros de la calle pasaban velozmente. Cuando por fin llegamos a nuestro destino, mi padre se encontraba acompañado por un grupo del personal médico que nos esperaba en la entrada del hospital con una silla de ruedas. Mi madre salió del auto y sus piernas flaquearon, casi caía al piso. Mi padre y los demás enfermeros lograron ayudarla a sostenerse. Recuerdo muy bien esa escena, al voltear mi cabeza hacia el suelo pude ver una gran mancha de color oscuro. Fue la primera vez que vi la sangre.
Mi padre estaba teniendo una crisis nerviosa, apurando a todas las personas que estaban allí, de pronto sentí unas manos alrededor de mí cuerpo. Era mi abuela, que torpemente intentaba soltarme de mi silla. Le extendí los brazos, abrí y cerré mis manos. Cuando por fin logró desatarme me llevó adentro del hospital. Mi madre se encontraba tumbada en la silla de ruedas. Su cabello negro y lacio esa noche se veía sin vida, como si fuera el presagio de que algo muy malo estuviera a punto de suceder.
Mi abuela no sabía a donde ir, así que nos quedamos en la recepción. No había nadie. Era una sala redonda con unos pasillos al fondo, delimitados por tres puertas automáticas. En el centro estaba la recepcionista, rodeada por un escritorio hecho de madera y pintado de un color oscuro. Esparcidos alrededor, se hallaban unos muebles en donde la gente podía sentarse a esperar, y en las paredes varios televisores encendidos. Mientras tanto, a mi madre la habían conducido por el pasillo central. En ese entonces no sabía leer pero asumo que había entrado a terapia intensiva.
La pobre anciana le temblaban las manos, comenzaba a orar en silencio. De su bolsa sacó un rosario y un libro de oraciones, con la imagen de una paloma de color blanco. Leía en voz baja como si susurrara y cerraba los ojos. Entraba en un trance inducido por ella misma. La mujer de recepción; una joven que no tendría más de veinte años, se acercó a ella y le ofreció una botella de agua. Mi abuela se estremeció un poco porque estaba demasiado concentrada. A pesar del susto aceptó y  bebió.
Las horas pasaban rápido. Era de madrugada. Mi abuela se quedó dormida con el rosario en la mano, yo me encontraba recostado en sus piernas y permanecía sin hacer ruido. Había un silencio profundo y más porque bajaron el sonido de los televisores. Escuché como se abría una puerta automática, y al incorporarme un poco pude ver a mi padre. Su cara no denotaba algo más que no fuera cansancio y frustración. Reí un poco y sacudí mis manos. Eso provocó que la abuela despertara. Casi olvidando que estaba cuidándome, se puso de pie y fue hacia donde él se encontraba. Yo me quedé en el sillón. Con los oídos muy atentos me acerqué al borde tratando de escuchar lo que mi padre tenía que decirle, pero era inútil, no alcanzaba a oír nada. Fue cuando de pronto la sala entera ecualizó un lamento que venía de mí abuela y caminando aprisa fue y se metió por uno de los pasillos. Mi papá se acercó a mí y yo sonreí. Me cargó, me dio un fuerte abrazo y comenzó a llorar.
Era demasiado pequeño para comprenderlo y no pude hacerlo hasta que me llevó al cuarto con mi madre. Estaba en la cama con su bata puesta, agotada, recargada en el respaldo con una mirada perdida y el rostro pálido, como si no estuviera allí. Mi abuela estaba a su lado acariciándole la mano intentando contener las lágrimas. Mi padre me acercó a mamá. Volteó a verme y con ojos cristalinos me dijo:
—Erick… creo que no tendrás una hermanita —. Comenzó a llorar y todos en la habitación junto con ella.

Este fue el primer capítulo de la novela: Doctor Cosmo, el diario de un asesino, la primera parte de una trilogía que promete ser emocionante, enganchante y atrayente. 

Si alguien conoce una editorial o a un agente editorial, les pediré de favor que contacten conmigo, se los agradecería muchisimo.

king Feria